Hace diez años que descubrí la montaña, sí sí, gracias a Jordi, mi pareja, que me llevó un día a un camping familiar situado en Castejón de Sos, y donde por cierto dormí en un camión. Visto así, no auguraba una buena experiencia, pero todo cambió cuando me enseñó el Valle de Arán.
Quedé impresionada con el paisaje, desde entonces me enganché a subir al pirineo catalán y disfrutar de su climatología, gastronomía, gente, y sobre todo la paz y armonía del Valle.
Un día a Jordi se le ocurre la idea de alquilar una casita para seguir disfrutando de nuestras escapadas de otra manera que no fuera en hoteles y hostales.
En semana santa de este año 2015 entramos por casualidad en una inmobiliaria de Vielha, y la primera casa que nos enseñaron nos enamoró a los dos.
Situada a Arró, (prové d’una llengua periuskerica o bascoide, concretament de la paraula basca arri i significa "roca")
El poble està situat a 885 m d'altitud, a la dreta del arriu Garona, al terme municipal de Es Bòrdes. Presidit per l'església parroquial de Sant Martí, d'origen romànic i gòtic. Hi abunden els boscos de pi negre i avets.
Arró es una de las poblaciones más pequeñas de la Val d'Aran y no llegan al medio centenar de habitantes.
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